Tras años de crianza, el sacrificio, la maduración y finalmente el cocinado, la carne llega a tu plato. En esta etapa del proceso también debemos de tener especial cuidado en varios aspectos para maximizar el potencial de la carne, ya sea solomillo, chuleta, entrecot o cualquier otra pieza de la vaca que tenga veta. Tanto en el cuchillo que vamos a utilizar, como en la dirección del corte. Si no prestamos especial atención a estos dos últimos detalles estropearemos un trabajo de muchos años y de muchas personas.
El cuchillo
No debemos utilizar un cuchillo de sierra, ya que este rasgará la carne, rompiendo así la grasa intramuscular y convirtiéndola en una especie de bola. Ejemplificándolo en otro sector, sería como si al cortar madera no realizásemos un corte limpio y la dejásemos astillada.
El cuchillo que debemos utilizar es uno de lámina lisa y afilada que nos proporcione un corte limpio, el cual no desestructure la veta.
La dirección del corte
Aparte de utilizar el cuchillo adecuado, debemos de realizar el corte en una dirección concreta. Siempre en dirección a la veta.
Si no hacemos el corte en dirección a la veta, estaremos haciendo el corte a contra natura, rompiendo así el equilibrio entre el magro veta, magro veta.
En la imagen inferior vemos un corte hecho a contra veta.
Los pequeños detalles son los que marcan la diferencia.
¡Que aproveche carnívoros!